24 julio, 2010

INDETERMINACIÓN


Inclinas el cuello.

Miras a un lugar indeterminado.

El escenario que te acoge, curiosamente, no es indeterminado...

Pero para mí, sí.

Ya no derramo lágrimas.

Tan solo persevero en el sufrimiento individual y solitario.

El de los lobos que han sido atacados y regresan a su jauría...

Aunque solo a morir.

Ya ni siquiera sueño con números acertados.

Ni con las habitaciones de hotel con ventanales abiertos.

Hoy va a llover en Viena.

Mi espíritu adolece de mayores ilusiones.

Cuando las cartas están marcadas, no cabe la posibilidad de ganar.

La voz del canto de la ruptura no significó nada para ti.

Y te permitiste introducir tu bosquejo de humor en un bosque (el mío) de horror.

Alguien me preguntó por tu presencia.

Y yo, en silencio, le advertí sobre tus ausencias.

Indeterminadas.

En los lugares indeterminados para mí.

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