01 julio, 2010

LA EXPLOSIÓN


Hay vidrios hechos añicos en el suelo.

Los rompí yo.

Hay sangre descendiendo por mi brazo.

Es mía.

Se escucha el ruido acompasado de golpes en perfecta sintonía.

Son mis sienes.

El aire es atravesado por un fulgurante y denso olor a alcohol.

Proviene de mi garganta.

En el suelo, surcando un suelo de baldosas limpias, un reguero discontinuo de lágrimas.

Mis lágrimas.

Encima de la mesa, varias pelotas arrugadas de papel.

El papel de mi cuaderno de tapas adornadas con motivos florales.

He descubierto, encima de mi cama, manchas que generan estrías.

Manchas provocadas por mi interior.

Masas deformes y cascotes se anuncian como los restos del final.

El final de mi mundo.

Todo se rompe en el mundo... En mi mundo.

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