20 marzo, 2011

DEMASIADO TARDE



Todas las paredes están pintadas.


Y los trazos multiformes no evocan otra inicial distinta a la tuya.


Hoy dormirás en esos brazos temerosos y dubitativos.


Y mi mente se encierra en el recuerdo de noches que, siendo nuestros, ya no nos pertenecen.


¿Será el sabor dulce de la ginebra que diluye el movimiento de mi sangre?


¿Será?


¿Será el cansino caminar de las palabras en mi etílica lengua?


¿Será?


Paseo por las aceras en las que nuestras miradas se enfrentaron con la urgencia de la pasión.


Donde ambos pecamos, después de habernos negado una oportunidad.


Ahora, sé que mi inventiva crearía una sucesión de frases que hirieran y maltrataran nuestra pequeña historia.


Hoy, estoy seguro, no habrás dedicado ni un solo segundo de tu tiempo a pensar en mí.


Y, sin embargo, en los muros de las calles que recorrimos aún sobrevive impregnado el color de nuestros corazones y las iniciales de nuestra derrota.


¿Seguirá lloviendo?


¿Seguirá?


¿Alguna vez recordarás la primera tarde en la que ofrecí mi debilidad a tu implacable juicio?


Hoy, quizá, todo sea demasiado tarde.

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