21 abril, 2009

INSINUACIÓN


Vosotros, todos vosotros, toda esa carne que en la calle se apila, sois para mí alimento.
(El lamento del Vampiro. Leopoldo María Panero).

Caminando por la calle.

Entre la nieve y sorteando los charcos helados.

Con una mínima indumentaria,

raída y sucia,

compuesta por una ajada camisa azul de manga corta

y unos pantalones de tela muy fina.

Un hombre con gesto desvaído, ausente;

la mirada, impersonal,

salida de la profundidad de los huecos formados por las cuencas de sus ojos.

Su canoso pelo, maltrecho y desaliñado,

con una mueca más propia del demonio.

Y acompañado, únicamente,

por un gato negro, arisco.

Que lleva un collar hecho con los dientes de los muertos.

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