12 agosto, 2011

X-11

La voz, al otro lado de la línea, se adivinaba nerviosa.
"No contamos con demasiado tiempo...".
Con cadencia repetitiva se escuchaban unos inquietantes y terriblemente insoportables pitidos.
Respiración agitada... jadeos... y, más al fondo, varias sirenas que ululaban con violencia.
"El fin está llegando... La comunicación va a...".
Y un sonido seco, brusco, como el de un madero que se quiebra, por su mitad, al derrumbarse ante el inesperado avance de la Naturaleza en movimiento.
El silencio al otro lado...
No, el rumor del silencio que introduce sonidos que propagan el terror gracias a su sutil confusión.
Las palabras que rebotan en una mente que ya no piensa en términos de futuro.
"El fin está llegando...".
Las estructuras que sostienen la cotidianidad siendo pasto de las llamas.
Los rayo de sol atenazados por la negra bruma del caos.
"No contamos con demasiado tiempo...", cuando el porvenir está escrito en pasado, cuando las fotografías del ayer solo evocan eras pretéritas y desconocidas.
Las voces que nos acompañan a la firma de un final imprevisto.
Las luces de los aviones que no aterrizarán.
Las portadas de periódicos que no verán la luz.
La insospechada noticia que nadie podrá relatar... que jamás será noticia.
Y, en la memoria, mientras todo acaba, su voz: "El fin está llegando...".

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