21 octubre, 2009

BRILLO


Existe un brillo, sutil, que me hace evocar distintos puntos de una geografía que el Destino, azaroso, no me concedió el lujo de conocer.

Valles y alturas en las que naufragar, en las que olvidar los rencores de los errores y en las que apaciguar las voces que pretenden alterar las sensaciones.

Pero el brillo se aparece ante mí y, con dulzura, ilumina el parsimonioso recorrido de mis dedos por tu piel.

Y sueño parajes, futuros, en los que la soledad se derrumbe ante nosotros y nos abra paradisiacos oasis y noches enteras de suaves brisas, adornadas por la relampagueante alegría de una guitarra.

El brillo, sí... El reflejo luminoso de la piedra que siendo carbón se erige en perfección y elegancia.

Y, en los puntitos que parpadean en los surcos de las yemas de mis dedos, recobro el aliento que, poco antes, un susurro de pasos en la escalera detuvo, mientras el tiempo nos volvía a ganar una partida sin reglas prefijadas.

Pero no, ni el brillo, ese recuerdo de tu aliento cercano y compartido, ni el repiquetear en la ventana del agua del que nos cubríamos paseando por las calles de ese laberinto de cristales y ojos abiertos, ni el leve roce del cuero que rodea mi muñeca, me detiene... Y quiero gritar, desde el interior, un desgarrado poemario para el que, asumo, jamás me visitaste, Musa.

Hubo una noche de verano en la que los saltamontes flirteaban entre sí al amparo de la canícula.

Luego llegaron los inviernos y la poesía de la hipocresía y los danzares de la pleitesía al son de la corrección.

Y dejé que algunas lágrimas se ahogaran en mi interior, mientras jugábamos a dibujar la felicitación navideña que garabatearían nuestros hijos.

El brillo, nadie lo entendía.

El que inoculaste en mi piel prendada de la tuya.

El de tus ojos reclamando un mundo ciego, sin miradas.

El del reflejo de tu encantadora melena.

El de tu sonrisa, calma, cuando las sombras amparan nuestro desamparo.

Tu brillo, que ansío, me descoloca, me atenaza, me inquieta, me atrae y me guía.

1 comentario:

  1. Me quedo con la frase "Y sueño parajes, futuros, en los que la soledad se derrumbe ante nosotros".
    Siempre tengo que leerte varias veces en mi intento de comprenderte y cuanto menos lo hago más me gusta seguir leyéndote.

    Un beso enorme!!

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