07 febrero, 2010

LAS CARTAS


Cuatro niñas, distintas, leen diferentes letras, asumiendo ser las destinatarias o, al menos, las inspiradoras de las mismas.


Extracto de declaraciones recogidas con motivo del suceso de las cartas recibidas con remitente D. en Bohemia:


* A: Si ella ha manifestado que no las envió, su palabra ha de quedar fuera de toda duda. Por mi parte, una vez conocida su postura, me limité a quemar el papel en el fuego de la chimenea.


* S: Creo que era su letra. Maldita sea, adviertan la dulzura con la que se contonean sus "eses". ¿De verdad me están diciendo que ésta no es la caligrafía de D.? Están todos locos, por el amor de Dios... Dejen de molestar a este anciano... Maldita sea, de nuevo, abandonen mi casa.


* Dr. O.W.: Como principal representante y portavoz de la DGN, primera empresa a nivel internacional de intermediación he de manifestar que mostramos nuestro más auténtico pesar por habernos visto involucrados en esta situación.

Desde DGN queremos transmitir las más sinceros disculpas a todos aquellos clientes que hayan podido sufrir algún tipo de alteración o perjuicio con motivo de la efectiva puesta en marcha de la encomienda contenida en la carta firmada por la presunta Sra. D.


* P: No puedo creer que se dejen engañar. Son suyas. Todas. Es ella. Incluso su negación final lo hace más revelador. Es ella, sí, en estado puro...


* D: Ocurrió así, como por casualidad. Recibí una carta en mi buzón y descubrí un trazo muy familiar. Advertí la firma y, siguiendo una costumbre muy antigua, postergué su lectura para el final del día. Luego, llegaron las noticias de los periódicos y me decidí a esconderla, sin leer, en una caja de madera que contiene recuerdos. Juraría que era obra de D. Lo juraría. Pero mi ánimo es incapaz de visitar el contenido de esa caja de madera. Es demasiado difícil para mí. Espero que sepan entenderlo. Espero que, cuanto menos, respeten mi decisión.


* SH: Las escribió aquí, mientras saboreaba uno de nuestros nuevos platos de cocina iraní. Recuerdo que lo acompañó con sendas botellas de vino. ¿Eh? Sí, creo que francés... Podría confirmárselo si lo desea. No, ¿cómo?... Sí, bueno, esa noche teníamos poca clientela, tenga en cuenta que era lunes... y, además, ella solicitó una mesa muy apartada.


* VD: El revuelo causado me parece intolerable... sea como fuere.


Puede que ustedes no otorguen importancia a la verdadera autoría de esos folios que recibieron.

Puede que su contenido difiera del que obra ante mis ojos, del que quedaba grabado en la carta que me fue enviada.


Puede, incluso, que ni esos cuatros ojos se formulen pregunta alguna.

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