06 febrero, 2010

(SOLO) VIEJAS PREGUNTAS


"Por ejemplo, podría no haber dicho absolutamente nada de usted; me habría impedido entonces la felicidad de conocerla y, lo que es más importante aún que una felicidad, me habría impedido ponerme de ese modo a prueba. Por eso no se atrevió a ocultarme nada". Cartas a Milena. Franz Kafka.


¿Quién grita desde la ventana en esta fría madrugada?

Las imágenes se suceden a una velocidad de vértigo.

El manicomio colgó el cartel de cerrado.

El viento ha arrancado las señales de peligro.

¿Quién grita desde la ventana del infierno?

Nada impide amenazar con la peor de las tragedias.

El azar perfiló siluetas de terror en cada una de las seis caras del dado.

Cierto individuo inquiere, con una perturbadora mirada, la filiación del finado.

¿Quién grita al borde del precipicio?

Hubiese quemado todas las cartas enviadas.

El martillo debió golpear con mayor vigor la esfera del reloj.

El silencio y la lejanía son más certeros en su capacidad de herir que los puñales recién afilados.

¿Quién grita en la delgada línea de la vigilia?

La osadía de las revelaciones es... simple, y puramente, osadía.

Las desgastadas e inútiles tiras rotas duermen un reparador sueño de recuerdos y memorias.

Los cócteles se sirven con aromas florales.

¿Quién grita?

¿Quién vence sus temores?

¿Quién grita?

¿Quién baila una danza de temple siguiendo el estricto compás del diapasón?

¿Quién?

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