12 marzo, 2010

F.D.


As de copas, cinco de bastos, dos de oros, tres de espadas.
He descubierto universos indescriptibles en el negro de tus ojos.
As de copas, cuatro de espadas, siete de bastos, sota de oros.
Ciertos aromas rememoran, en mi memoria, momentos de gran sinceridad.
Sota de oros, as de copas, caballo de espadas, siete de copas.
El silencio de tus palabras, el miedo a la indefinición. Los lunares blancos sobre el negro.
As de copas, as de oros, sota de oros, dos de bastos.
Las palabras del diccionario revelan significados ocultos y postreros.
As de copas, as de oros, rey de bastos, rey de oros.
Violetas irisados que no acierto a explicar… el horrible trabazón de mi lengua.
As de copas, as de oros, as de espadas, rey de oros.
Cisnes que circunnavegan los océanos susurrando óperas de Puccini.
As de copas, as de oros, as de espadas, as de bastos.
El emisario me entrega un sobre lacrado respecto del que ansío adivinar su contenido.
Envites victoriosos.
Mesas reservadas en homenajes a héroes y heroínas.
Cartas perdedoras.
Jugadores vencidos.
Jugadas perdidas.
Manos vencedoras que tiemblan ante el siglo.
As de copas, as de oros, as de espadas, as de bastos.
Bolsas antiguas con disfraces de niño.
Palabras que arrastra el viento.
Se preguntaron el número de naipes que conforman la baraja de los juegos no reglados.

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