23 marzo, 2010

LA FORTIFICACIÓN

Escribes, en la arena, un nombre en idioma extranjero.
Miro tu dedo pasear, acariciándola y retirándola, creando pequeñas montañas que me parecen imposibles de coronar, picos en los que disfrutar, con tus ojos, de los amaneceres que el tiempo me va a negar.
El nombre ha quedado escrito, firme, altanero, podría decirse que altivo y provocador, como el espíritu del luchador que, jaleado por su público, se acerca a las dieciséis cuerdas...
Pero las colinas que lo rodean son los barrotes de una jaula que circunda y deslinda el paraíso de los infiernos que anuncian la debacle.
Miras, tranquila, anestesiada, como si el influjo de las sustancias ya no importara, tu obra... y, alzando tu geografía hacia el cielo, te elevas, girando sobre tus talones, para comprobar si el agua destruirá la endeble fortificación que acoge tu tesoro.
Y yo, desde mi oquedad, advierto que olvidé mi lenguaje, mis palabras... y que el nombre podría ser, incluso, el mío... y las gaviotas lo chillarían sobre mi cabeza, coronando tu majestuoso porte.
Tu silencio es el de los templos expectantes acogen al peregrino que, por vez primera, pierde sus fatigados pasos entre la frialdad de los muros de piedra, desnudos, oscuros, abigarrados...
Tu silencio, sí, solo verbal, que muta en presencia escrita, en epitafio destinado a un nombre extranjero... o a un hombre que ha olvidado su denominación.
El mar resuena de fondo, con la quietud de las grandes ocasiones, con la parsimonia del verdugo que, avezado, golpea lenta pero reiteradamente, para causar un dolor aún más insufrible.
Has abandonado tu postura.
Puedo creer que, aún, has obviado tu sustancialidad y has transgredido las leyes de la Física.
Has abandonado tu cuerpo... y tus principios.
Has señalado mi imagen... dibujando su final.
Y, como la araña encubre su cuerpo en la tela, has custodiado mi epílogo en altísimas colinas que jamás escalaré.
Al fondo, escucho el murmullo de un torrente de agua que no acudirá a mi rescate.
Y sonríes...
Y desaparezco... entre muecas de indiferencia y pérdidas de ilación en el discurso.

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