03 octubre, 2010

AZAR


Cara, cruz, cruz y cara.

Echaron las monedas al viento.

Cruz, cruz, cruz y cara.

No esperaban ningún resultado.

Cruz, cara, cara y cara.

Llovía y el agua les calaba los huesos.

Cara, cara, cruz y cruz.

Cada vez, el tintineo en el suelo era más doloroso.

Cruz, cara, cruz y cruz.

Pensaron que el tiempo sería su aliado... y acabó engañándoles.

Cruz, cruz, cara y cara.

Ya ni se dirigían la palabra, esperando un resultado improbable.

Cruz, cara, cruz y cruz.

Jugaban sin reglas. Asumiendo que habían de perder ambos.

Cara, cara, cara y cruz.

Sostuvieron confesiones que jamás se atreverían a reflejar.

Cruz, cara, cara y cara.

El agua se confundía con sus lágrimas.

Cruz, cruz, cara y cruz.

Los perros aullaban a lo lejos, en el fin del mundo.

Cruz, cruz, cruz y cruz.

Poco antes de que decidieran acabar.

Cruz, cruz, cruz y cruz.

Sus cuerpos se unieron, por última vez.

Cruz, cruz, cruz y cruz.

Cuando ya no sentían nada.

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