03 enero, 2010

PREGUNTAS


¿Confiaron en alguien cuyo apellido era "persona"?

¿En alguien que escondió su identidad en la de otros? ¿Que les cedió su gloria inmediata?

¿En un hombre que esperó la llegada de un buque sabedor de que el emisario vendría con las manos ensangrentadas?

¿En aquél que dejó de visitar la biblioteca cuando descubrió que la mujer que la frecuentaba había desaparecido?

¿Hay algún juego mayor, y más corrupto, que la Literatura?

¿Se sentarían, sin temor, a la misma mesa de un ser que reservó cubierto para su sombrero?

¿Sabían que ese sujeto arrebató la pajarita a su propio fantasma que deambulaba por las calles?

Sus iniciales encubren algo más que un enigma.

¿Querrían mantener la mirada de un cuerpo animado por la maldad?

¿Quién sostendría el pulso dialéctico al infante del demonio?

Los viejos aforismos no sirvieron para descifrar sus más personales sortilegios.

Todas las calles por las que transitó evocan su pausado caminar con melancolía.

Si desconocen su existencia, él ya ha tendido sus redes sobre ustedes.

Sonrían... al menos, mientras puedan.

Respiren tranquilos antes de saludar a la negra dama.

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