03 abril, 2010

DESEO


Quiero adornar con mis besos y caricias los recovecos más sutiles de tus muñecas y tu cuello, de las perfectas y cuidadas líneas de tus manos...

Quiero adornarlas, ensalzarlas, loarlas...

Que olviden el refulgir de las joyas, de los anillos, de los cristales y brillantes, de los pendientes y las tiaras.

Quiero entronizarlas, coronarlas, venerarlas...

Deseo que el perfume del desorden de tus cabellos me impregna y me inunda... me refiera tu especialidad y me coloque en el temblor de la mentalidad de la duda.

Quiero temer, sufrir, penar por el inestable equilibrio de tu sonrisa y tu mirada.

Deseo que mi derrumbe me impida balbucir las palabras deseadas, que, tras los suspiros, y en la contienda de nuestros ojos entrecerrados que se observan, los latidos de tu corazón me inoculan el más bello veneno que me alimenta y atormenta.

Quiero que mis manos recorran tu geografía íntima, que pulsen con mimo los resortes más encrespados, que visiten, como los emisarios que portan felices nuevas, la antesala de tus palacios.

Deseo encontrar el temblor de tus palpitaciones, la acelerada sensación de tu pecho, el rítmico vaivén de tus piernas cuando la madrugada enfila por los deltas del amanecer.

Quiero adornar tu presencia, hacer crujir los más profundos sentimientos que la divinidad deparó para las almas mortales, quiero abandonar mi cuerpo en el tuyo y que los torrentes eléctricos fluyan y confluyan, golpeando la quietud...

Deseo sentirme exhausto, inmóvil, rígido, sin movimiento... vencido entre tu idílico paraíso, carente del oxígeno mínimo, temeroso...

Deseo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario