23 diciembre, 2009

QUERER, DESEO Y ESPERANZA DEL AHORA


Quisiera conseguir que la oscuridad penetre mi lenguaje.

Desearía que las palabras confundieran mi sentimiento.

Esperaría obtener una respuesta del viento.

Ahora que mis labios se perfuman con aceites regalados.


Quisiera dormir al lado del cuerpo que deseo.

Desearía escuchar su respiración entrecortada por el frío.

Esperaría sus impuntualidades como agujas que alfiletearían mi existir.

Ahora que mis puños se aprietan porque no te tengo.


Quisiera descansar en un lecho de pétalos de flores secas y regaladas.

Desearía sentir el pulso de tu corazón acelerado en mi pecho.

Esperaría los siglos que me robaron los vampiros para acudir a tu presencia.

Ahora que mis miedos pasean por las calles empapadas de hojas caídas.


Quisiera obligar a que el Destino mezclase de nuevo los naipes.

Desearía que, por una vez, en esta historia mi mano fuera la ganadora.

Esperaría que las musas me visitaran para dedicarte la palabra más bella.

Ahora que la noche me golpea con sus rigores y soledades.


Quisiera recordar todos los instantes vividos.

Desearía que los relojes se detuvieran en esos segundos compartidos.

Esperaría otro vuelo si tus mensajes anunciaran tu llegada.

Ahora que una palabra tuya puede resquebrajar mi entereza.


Quisiera que escuchases estas palabras susurradas en tu oído.

Desearía que la brillantez de tu pelo me perteneciese.

Esperaría agotar las reservas de mi elegancia, en esta plaza de armas.

Ahora que las canciones de R. se repiten una y otra vez.

Ahora que Beltrán Leyva descansa en Culiacán.

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