10 junio, 2010

WARNING


Ya no hay palabras para la posteridad.

Ni acuñadas en frontispicios de belleza...

Si observan miedo a lo que puedan encontrar, mejor no se adentren en estos pasadizos.

Sonrían o lloren. Ningún sentimiento daña (posiblemente) más allá del lugar de su nacimiento.

¿Acaso no percibieron que Warning, comienza con uve doble?

Ella tampoco pensó que las arenas movedizas fueran tan profundas.

Los poemas no se terminan, ni las canciones, se abandonan... o nos abandonan (ellas, siempre).

Quisiera imaginar que la pluma con la que escribo ha pasado por las manos de los seres más atribulados y despechados, de aquéllas que, con Emile, coronaron las cimas de la desesperación.

Pero la imaginación no concilia, adecuadamente, con otros deseos.

Ya no hay cuchillos, tampoco, para la posteridad.

¿A quién le importa el futuro más allá del mañana (de hoy)?

¿De dónde extrajeron esa maldita conciencia de su remordimiento?

El despertador no sonará, no será necesario.

Alguien duerme a mi costado (pero ya se marchó).

Warning...

No descuiden su espalda... si esperan algo de (su) mañana.

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